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RE LA7 1.Una mañana, cerca del mar, RE apareció un joven Galileo; LA7 nadie podÃa imaginar que otro pudiese amar RE asà como Él amaba. LA7 Era sencillo al conversar, RE llegaba al corazón de quien lo escuchaba. RE MIm Y su nombre era Jesús de Nazaret LA RE y su fama se esparció, todos querÃan ver RE7 SOL6 al profeta que tenÃa tanto amor RE LA7 RE y amaba al peca-dor. 2.En esas playas, en ese mar, en ese rÃo, en casa de Zaqueo, en los caminos, bajo aquel sol, el pueblo iba a buscar la luz de su doctrina; sus expresiones, por caridad, enchÃan el corazón de una fuerza divina. 3.En esos valles, en ese hogar, en ese pozo y en casa de Simón, en ese monte, al atardecer, el mundo vio nacer las bienaventuranzas. Y su paciencia al perdonar, del pueblo el corazón llenaba de esperanza. 4.Un cierto dÃa, al tribunal alguien llevó al joven Galileo; nadie sabÃa cuál era el mal, qué crimen cometió, cuál era su pecado. Su claridad al denunciar minó la posición de los privilegiados. Y mataron a Jesús de Nazaret, y en medio de ladrones Él murió en la cruz; pero el mundo aún no conoce a este Jesús, que amaba al pecador. Esta es una transcripcion personal de un usuario de www.letrasyacordes.net - El material contenido en esta pagina es para exclusivo uso privado, quedando prohibida su reproduccion o retransmision, asi como su uso con fines comerciales.
UN CIERTO GALILEO - Música Católica
RE LA7 1.Una mañana, cerca del mar, RE apareció un joven Galileo; LA7 nadie podÃa imaginar que otro pudiese amar RE asà como Él amaba. LA7 Era sencillo al conversar, RE llegaba al corazón de quien lo escuchaba. RE MIm Y su nombre era Jesús de Nazaret LA RE y su fama se esparció, todos querÃan ver RE7 SOL6 al profeta que tenÃa tanto amor RE LA7 RE y amaba al peca-dor. 2.En esas playas, en ese mar, en ese rÃo, en casa de Zaqueo, en los caminos, bajo aquel sol, el pueblo iba a buscar la luz de su doctrina; sus expresiones, por caridad, enchÃan el corazón de una fuerza divina. 3.En esos valles, en ese hogar, en ese pozo y en casa de Simón, en ese monte, al atardecer, el mundo vio nacer las bienaventuranzas. Y su paciencia al perdonar, del pueblo el corazón llenaba de esperanza. 4.Un cierto dÃa, al tribunal alguien llevó al joven Galileo; nadie sabÃa cuál era el mal, qué crimen cometió, cuál era su pecado. Su claridad al denunciar minó la posición de los privilegiados. Y mataron a Jesús de Nazaret, y en medio de ladrones Él murió en la cruz; pero el mundo aún no conoce a este Jesús, que amaba al pecador. Esta es una transcripcion personal de un usuario de www.letrasyacordes.net - El material contenido en esta pagina es para exclusivo uso privado, quedando prohibida su reproduccion o retransmision, asi como su uso con fines comerciales.
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